viernes, 15 de junio de 2007

The Flying Dutchman

The Flying Dutchman es un barco fantasma que no puede volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo. El velero es siempre oteado en la distancia, a veces resplandeciendo con una luz fantasmal. Si otro barco lo saluda, su tripulación tratará de hacer llegar sus mensajes a tierra, a personas muertas siglos atrás.



Origen de la Leyenda

Las versiones de la leyenda son innumerables. Unas cuentan que la historia originariamente es holandesa, mientras que otras afirman que está basada en la obra de teatro The Flying Dutchman (1826), del dramaturgo inglés Edward Fitzball, y en la novela The Phantom Ship (‘El buque fantasma’, 1837) de Frederick Marryat, más tarde adaptada al holandés como Het Vliegend Schip (‘El buque fantasma’) por el clérigo de esa nacionalidad A.H.C. Römer. Otras versiones aluden a la ópera El holandés errante, de Richard Wagner (1841) y a The Flying Dutchman on Tappan Sea de Washington Irving (1855).

De acuerdo con ciertas fuentes, el capitán holandés Bernard Fokke (del siglo XVII) sirvió de modelo para el comandante del buque fantasma. Fokke fue célebre por la extraña velocidad de crucero que alcanzaba en las travesías entre Holanda y Java, por lo que se sospechaba que había firmado un trato con el demonio.

En algunas versiones holandesas del mito, el capitán recibe el nombre de Falkenburg. Marryat, en su versión, le da el nombre de van der Decken (que significa ‘en cubierta’), y recibe el de Ramhout van Dam en la versión de Washington Irving. Unos y otros no se ponen de acuerdo a la hora de llamar “holandés errante” al barco o al capitán. Asimismo se dice que éste juró, de cara a una tormenta, que no daría marcha atrás hasta haber doblado el Cabo de Buena Esperanza, aunque le costase llegar al Juicio Final. Se ha hablado también de un horrible crimen cometido a bordo del barco; e incluso de una terrible epidemia que infectó a la tripulación, a la que por ese motivo no se permitió desembarcar en ningún puerto, siendo condenados desde entonces —barco y marineros— a navegar eternamente, sin posibilidad de pisar tierra.

El Holandés Errante ficticio

El Holandés Errante es el barco que tiene bajo su temible mando. Está basado en la leyenda anterior pero unido en suerte a Davy Jones quién está condenado a vagar por los 7 mares por toda la eternidad, pudiendo tocar puerto cada 10 años. La embarción es normalmente percibida por su luminosidad espectral. Si algún navío logra avistarlo, la tripulación del sobrenatural barco intentarán enviar mensajes a tierra para personas ya muertas hace demasiado tiempo.

En la película PIRATAS DEL CARIBE, es un barco que puede ir por el nivel y por debajo del mar que seriamente afectado por la biología marina, esta cubierto de corales, algas podridas y diversos materiales de la misma densidad y orígen, sin contar los fluídos que emanan su capitán y sus salvajes tripulantes, junto con las velas que parecen hechas de piel, dándole al navío un aspecto vivo. El Holandés Errante tiene cañones en sus costados, pero en su frente tiene dos cañones triples utilizados normalmente para persecusiones y posee un artefacto capaz de invocar a la más terrible bestia al servicio de Davy Jones, el kraken, una bestia proveniente de la mitología nórdica.

Davy Jones: Ficción e Historia

En la película PIRATAS DEL CARIBE se ha unido de forma bastante creíble las versiones reales del mito con la trama de la película. Davy Jones y el Holandés Errante quedan unidos en un mismo destino que encierra y mezcla todas las leyendas del mito:

Davy Jones es un demonio marino que controla el mar ("Yo soy el mar") y a sus demonios ("Kraken"), se podría decir que el "Reino de Davy Jones" es el abismo más profundo de sus posesiones.

Así mismo, Davy Jones comparte como suyo el destino del Holandés Errante ficticio, pero se aumenta el número de años de la maldición en 10 a la vez que se culpa de ésta al amor perdido de una mujer en lugar de una forma para escapar de dicha maldición.



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